Debido a los ajustes hechos por Banco de México en días pasados a la tasa de interés interbancaria de referencia, inevitablemente el costo del dinero tendrá una repercusión en las operaciones de crédito de las Instituciones Financieras, encareciendo así los productos financieros de tasa variable; aquellos que se pactaron con tasa fija desde un inicio, no tendrán cambio.
Estas medidas se aplican como intento de compensar el alza de tipo de cambio de dólar, contrarrestar la presión inflacionaria con el famoso “gasolinazo”, minimizar el “efecto Trump”, evitar la salida de capitales del país, y otras más.
En este juego de números a la alza, también se encuentran afectadas por obvias razones las Microfinancieras. Al encarecerse el fondeo de las Sofomes y Sofipos, por ejemplo, éstas reflejarán el aumento en el costo de sus productos de crédito otorgados a sus clientes. A diferencia de la banca, el mercado atendido por éstas entidades, regularmente es el de las clases de más bajos recursos, aquellas a las que el más mínimo cambio en el importe de sus cuotas o pagos, afecta sus finanzas personales, aumentando el riesgo latente de caer en cartera vencida y convertirse en un grave problema.
Una recomendación a las entidades Microfinancieras, es la de analizar a profundidad sus costos, y tratar de minimizar en lo posible este aumento, ya que los saldos a pagar se pueden convertir en un verdadero dolor de cabeza, ante la latente probabilidad de volverse impagables.
Para las personas de bajos recursos, el modificar la tasa de interés inicial, implica también modificar sus pagos y alterar sus finanzas, y no siempre es posible que siga cubriendo sus compromisos, ya que al inicio calculan su capacidad y programan sus pagos en base a sus ingresos (que normalmente no suben en la misma proporción), y “si me los suben después”, pueden ocasionar problemas serios en su frágil economía personal y muchas de las veces, optan por lo, a su parecer, más sencillo… “dejar de pagar”.
El otro lado de la moneda, es que los ahorradores recibirán más dinero por sus ahorros, aunque quizá esto no es una gran noticia, ya que como sabemos, el ahorro personal no está incluido en las costumbres financieras en México.