Al tiempo que las tasas de interés de referencia dadas a conocer por el Banco de México (Banxico) se han elevado, el costo de productos como el préstamo personal ya registra alzas de hasta casi 5 puntos porcentuales, como es el caso de Scotiabank, el que más se ha encarecido.
Se trata de un tipo de préstamo al cual los usuarios recurren para emergencias económicas o gastos imprevistos y es uno de los productos más importantes en la cartera de crédito al consumo de los bancos.
Las instituciones los ofrecen a cualquier persona física sin que requiera garantía para ser otorgado. De acuerdo con datos de Banxico, entre los bancos de importancia sistémica local, Scotiabank es el que ha subido a un mayor ritmo que los demás la tasa de interés para los créditos personales.
Scotiabank elevó esa tasa de interés de un 22.95 % en 2021, año en que inició el periodo alcista de tasas de Banxico, a un 27.5 % para el cierre de 2022, que representa una diferencia de 4.55 puntos.
Todo esto, siempre tomando como base la tasa de referencia marcada por Banxico, que a su vez, va de la mano, a la marcada por la Fed (Reserva Federal, el banco central de los Estados Unidos).
Si no sucede nada extraordinario, en mayo próximo tanto la Fed, como Banxico, habrán alcanzado su tasa terminal y harán una pausa en la escalada iniciada hace más de un año, desde marzo de 2021. Junio será el punto de partida de un periodo que la propia Fed ha calificado como de “análisis y evaluación” para determinar la efectividad de la política monetaria que implementó.
La tasa terminal es precisamente la tasa final que alcanzarán los bancos centrales en este proceso, después se supone que podrían suceder dos cosas: reanudar las alzas o iniciar un periodo de retroceso de la tasa de interés.
También si no sucede nada, la tasa terminal de la Fed se ubicaría en un rango máximo de 5.25 % (no olvidemos que la Fed maneja en este momento su política monetaria por medio de rangos de las tasas), mientras que en el caso de Banxico la tasa terminal se ubicaría en 11.50 %; es decir, en ambos casos se espera un incremento de 25 puntos base para la siguiente reunión de mayo.
Entre la tasa terminal del Banxico y de la Fed habrá una diferencia de 625 puntos base, suficientes para mantener el atractivo del mercado de valores y la divisa mexicana por el tiempo que dure la pausa de los bancos centrales, siempre en el entendido de que no suceda algo extraordinario que obligue a modificar todo.
Pero el hecho de que los bancos centrales hagan una pausa en sus ajustes de tasas de interés, no quiere decir que los mercados no hagan nada; es decir, no significa que los mercados no muevan sus tasas de interés.
Los mercados en general y el sistema bancario en particular, no dejarán de ajustar sus tasas de interés.
Es importante señalar lo anterior porque, una pausa de los bancos centrales no debe verse como un paro automático de los movimientos de las tasas en los mercados.
Según las condiciones y circunstancias, de acuerdo a cada institución, los ajustes seguirán. Desde luego, no habrá movimientos extraordinarios totalmente fuera de mercado, no cuando menos que sea algo previsto.
Pero por ejemplo, los movimientos de tasas en el sistema bancario estarán determinadas por la situación en el sector que, como sabemos ha sido sacudido por una crisis en cierto modo inesperada.
También el nivel de las tasas estará determinado por las condiciones generales de los mercados crediticios, mismos que están muy sensibles a cualquier noticia proveniente del sector. Es muy posible que el escaso crédito que se otorgue se haga bajo costos más altos, es decir, a mayor tasa de interés.
En pocas palabras, una pausa en los bancos centrales no puede interpretarse como un desempeño similar en los mercados.
La Fed y prácticamente todos los bancos centrales del mundo volverán a reunirse en sus respectivos comités monetarios en enero del próximo año.
Aunque todavía no se conoce el calendario de reuniones de la Fed para 2024, lo más probable es que el banco central no quiera arriesgar y dejar pasar demasiado el tiempo en el año siguiente, ojalá que demuestre que aprendió de sus errores recientes, como el haberse negado a reconocer el repunte inflacionario, hasta que fue demasiado tarde.
En cuanto al movimiento esperado se la tasa en enero de 2024, lo cierto es que todavía no hay consenso.
Resulta que, si bien un horizonte de 6 meses no es demasiado para hacer expectativas, el impacto en el mercado es muy importante.
Los que se inclinan por el inicio de la reducción en la tasa de interés aseguran que para entonces ya la inflación se habrá controlado y mostrará una clara trayectoria de desaceleración.
Pero estamos en tiempos inéditos, seis meses son pocos en el horizonte, y muchísimos en la probabilidad de que algo imprevisto pueda suceder.