Aunque existe el rumor que el campo está abandonado, la realidad es que ese sector ha tenido cambios que no se veían en años. Además del mayor dinamismo exportador, que llevará este año a que México envíe al exterior alimentos con un valor superior a 35 mil millones de dólares, de ahí que el titular de la Sagarpa, Baltazar Hinojosa diga que el mundo cada vez es más mexicano, el otro gran cambio en el campo es que ha vuelto a ser sujeto de crédito.

Para muchos bancos comerciales el campo sigue viéndose como un sector de alto riesgo. Las contingencias que suelen tener los cultivos y la producción pecuaria explican ese diagnóstico, de ahí que haya sido la banca de desarrollo y fideicomisos como el FIRA los que lideren los apoyos a miles de productores.

Un caso relevante es el de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND) a cargo de Enrique Martínez y Morales, que el año pasado canalizó créditos por 70 mil millones de pesos, cuando en 2012 esa derrama era de 28 mil millones.

La incursión de la FND animó a que algunos intermediarios financiaran a los productores del campo, donde destaca la gestión de las sociedades financieras de objeto múltiple (Sofom) que por su perfil han llegado a regiones del país donde los bancos de plano no pintan.

La FND tiene a lo largo y ancho del país 95 oficinas que se han apoyado de las sofomes para multiplicar una derrama de crédito que explica que México haya logrado ampliar la oferta de alimentos que es un buen negocio por la demanda interna creciente, pero también por exportaciones que han permitido una balanza comercial superavitaria que no se tenía en 2012.

Y bueno, queda claro que el gobierno en puerta cosechará mucho de lo que se ha sembrado en el campo en los últimos años. Ojalá se reconozca.