Cada vez son más los casos en que empresas de tecnología financiera, fintech, irrumpen en el sector bancario mexicano, ya sea comprando o invirtiendo en este tipo de entidades, principalmente en las más pequeñas que operan en el país.
El caso más reciente se dio a conocer cuando se informó que la fintech Kapital, especializada en productos de crédito a empresas, había inyectado capital al Banco Autofin, entidad que, de acuerdo con declaraciones recientes de su director, Carlos Septién Michel, desde hace unos meses estaba buscando socio.
En esta operación se habla de una inversión inicial de 50 millones de dólares. Lo anterior, con el objetivo de enfocarse más en las pymes y en su portafolio emblema: el automotriz.
Este no es el único caso en el que una fintech inyecta capital a un banco, aunque, hasta ahora, en el caso de México, ha sido a instituciones pequeñas, y lo que buscan con ello las empresas de tecnología financiera es fortalecer sus negocios para hacerlos crecer más, sobre todo ofreciendo productos de captación, para lo cual sólo tienen aval las instituciones reguladas.
En el 2021 se concretó la compra del entonces Banco Finterra por parte de la tecnológica financiera Credijusto. Esta entidad, de las de menor tamaño por activos, posteriormente pasó a llamarse Banco Covalto.
De igual forma, en el 2021 la fintech de origen argentino, Ualá, anunció la compra del banco ABC Capital. La autorización, no obstante, se dio en el primer trimestre del 2023, y ahora la entidad sólo se llama Ualá.
En declaraciones recientes a la prensa, el fundador y director general de Ualá, Pierpaolo Barbieri, explicó que México es la gran apuesta entre los tres países en los que hoy opera la empresa, dado el tamaño que el mercado representa. “Queremos ser uno de los bancos más grandes de México”, expresó en junio pasado.
Estos tres bancos mexicanos en los que han invertido las fintech en los últimos dos años representan, sin embargo y de acuerdo con información de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), apenas 0.10% del total de los activos del sector.
Pero la figura de banco no es la única regulada que están buscando las fintech para crecer y fortalecer sus negocios. Otras lo están haciendo con las sociedades financieras populares (Sofipos), es el caso del gigante Nu, que en México compró a Akala en el 2021, y en este mismo 2023, Klar se hizo con Sefia y Stori con MasCaja.
Para Álvaro Vértiz, socio de Dentons Global Advisors, firma de consultoría estratégica, esta tendencia obedece a que las fintech y neobancos, una vez que han alcanzado cierto tamaño, buscan cómo poder seguir con el crecimiento de sus modelos de negocio.
En entrevista, considera que así como fintech y neobancos están tratando de adaptarse a los modelos de la banca tradicional, ésta última también está creando sus brazos digitales para competir con las tecnológicas financieras, lo que, dice, es bueno en términos competitivos y para lograr una mayor inclusión financiera.
Destaca que habrá en el mercado entidades reguladas bajo la llamada Ley Fintech, y otras con licencias más tradicionales como las de Sofipos y bancarias, pero con modelos totalmente digitales, que redundará en mayores beneficios para el cliente.