Para mantener el negocio, se suelen recurrir a opciones de financiamiento alternas a las tradicionales como los microcréditos, que aunque pueden ser útiles, también se pueden volver en un dolor de cabeza si no se saben gestionar.
Uno de los mayores retos a los que se han enfrentado los microempresarios desde inicios de 2020, es obtener financiamiento para hacer crecer su negocios, pero todo, sobre mantenerse vigentes, un desafío que a muchos les costó la vida de sus empresas, pues más de 1 millón murieron por la falta de liquidez, revelan datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Ante esto, la opción más viable es solicitar un préstamo o crédito, pero para muchas empresas esto también es un reto, por no tener suficiente historial o cumplir con los requisitos que solicitan la grandes instituciones, por lo que se buscan alternativas como microcréditos. Si bien esto puede ser de utilidad también se pueden volver en un dolor de cabeza si no se saben gestionar.
En México, 32.2% de la población no tiene acceso a financiamiento formal, y de acuerdo con la CONDUSEF, 33.7% de adultos recurre a opciones de crédito informal, que pueden ser hasta un 800% más costoso que las opciones formales. Lo mismo aplica para los microempresarios.
“Es importante que las personas utilicen los mecanismos de crédito tradicionales y formales, de tal forma que construir un mejor historial crediticio sea más sencillo para ellos; sin embargo, existe un problema latente en el país que radica en la falta de servicios bancarios tradicionales para las personas con problemas en su historial crediticio, que no tienen un empleo fijo y que generalmente carecen de un colateral o garantía”, afirma Roberto Salcedo, CEO de Baubap, plataforma de microcrédito en México.
Otra de las opciones que han surgido para que los microempresarios obtengan financiamiento para sus negocios, es la organización de “tandas”, donde a través de redes sociales (principalmente Facebook), empresarios se juntan para obtener el monto que desean.
“Microempresarios de un mismo sector se ponen de acuerdo en redes sociales, para armar chats en los que se organizan tandas. Esos recursos se vuelven una forma de obtener financiamiento, pero con frecuencia a expensas de complicaciones para la empresas en el mediano plazo”, explica Alberto Bonetti, CEO y fundador de YoFio, app que busca apoyar a los micronegocios a través de créditos inmediatos.
Al mediano plazo se pueden presentar problemas que no solo pongan en riesgo el crecimiento del negocio, sino su subsistencia. Por ello la importancia de recurrir a opciones eficaces como los créditos en sus diferentes modalidades.
“La obtención de un crédito formal da, sobre cualquier otra cosa, certidumbre para los empresarios que lo apuestan todo en el día a día de su operación. No se pueden dar el lujo de caer en trampas o estafas, mucho menos en las problemáticas sociales que pueden venir con una tanda”.
Para solicitar un crédito, aunque sea micro, los especialistas recomiendan tomar en cuenta los siguientes cuatro elementos que evitarán estar agobiado por los pagos y no caer en estafas como puede ocurrir con las tandas u otros mecanismos de financiamiento.
Analiza al prestamista – desgraciadamente existen miles de ofertas que prometen ayudar con financiamiento pero que realmente son estafas, o los conocidos como “montadeudas”, que tienen altas tasas de interés, amenazan o solo roban a los interesados. Los signos que los delatan suelen ser plataformas o interfaces son muy parecidas a alguna establecida; domicilios desconocidos o iguales a otras instituciones, al igual que los correos electrónicos que pueden ser parecidos; datos de contacto de correos gratuitos como Gmail o Hotmail, y los nombres de los mismos son muy genéricos.
Compara los plazos, tasas y beneficios – puede parecer atractiva la oferta, pero a veces el encanto se va al analizar las tasas de interés o condiciones de pago. Por ejemplo, en este tipo de préstamos las tasas de interés tendrán un monto más elevado a lo que ofrecen los bancos tradicionales.
Organiza tu capacidad de pago – antes de solicitar el préstamo, analiza tu capacidad de pago. Para esto, valora las condiciones del negocio, el ritmo de ventas, la temporada de ventas y todos los aspectos de organización del negocio. Asimismo, haz un plan de gastos donde establezcas el pago del préstamo como un préstamo fijo, sin opción de descontarlo en el futuro.
No olvides las letras chiquitas – aunque pueda parecer trillado, es importante ver a detalle las letras chiquitas del contrato porque es ahí donde aceptas todas las condiciones del contrato, que en ocasiones puedan no ser favorables para ti, sobre todo si se habla del uso de datos de tu persona y negocio. “Si tienes una remuneración variable o te basas en la probabilidad de recibir una cantidad de dinero (que aún no tienes en el bolsillo), vale la pena repensar la viabilidad de solicitar un préstamo”.
Finalmente tu buen criterio con toda la información obtenida, tomará la mejor decisión… o eso se espera.