El Salvador, bajo la administración Bukele, se convirtió en 2021 el primer país en adoptar el Bitcoin como moneda de curso legal y a la fecha ha comprado un total de 105 millones de dólares en criptomoneda, pagando un promedio de casi 46.000 dólares por unidad, según el sitio de seguimiento nayibtracker.com.
Desde el pasado 4 de mayo, la criptomoneda no ha dejado de descender, perdiendo más del 32% de su valor.
Con la caída de los últimos días, el Bitcoin ha perdido el 61% desde los máximos históricos diarios que alcanzó el 10 de noviembre de 2021, cuando su valor llegó a alcanzar cerca de los 69.000 dólares. En un año, este desplome le ha supuesto casi un 41%.
El Salvador tiene 7 mil 650 millones de dólares en deuda negociable pendiente, según datos de Refinitiv (proveedor global estadounidense-británico de infraestructura y datos del mercado financiero). En enero vence un pago de 800 millones de dólares, sobre un bono que cotiza a 73.5 centavos de dólar y rinde un 67.6%.
La apuesta de El Salvador por el Bitcoin perdió la mitad de su valor, ya que los más de 100 millones de dólares en compras divulgadas públicamente perdieron más del 50%.
Las 10 compras anunciadas por el presidente Nayib Bukele a través de Twitter tienen un valor de mercado de poco más de 51 millones de dólares, y la mayor operación individual (420 monedas a más de 59 mil dólares cada una) supuso casi un 63% de pérdida.
Bukele dijo en Twitter al menos cuatro veces que El Salvador compró durante un “dip”, un término usado por los operadores para referirse a que se aprovecharon de una baja en los precios para adquirir el activo.
Uno de los “dips” de los que habló Bukele fue la compra de 420 Bitcoin´s a más de 59 mil dólares cada uno a finales de octubre, un total de casi 25 millones de dólares que ahora valen 9,5 millones.
El Gobierno no respondió a una solicitud de comentarios sobre el valor de su cartera de Bitcoin’s.
Las cantidades, tanto la inversión como la pérdida, son sólo una fracción de los 3 mil 650 millones de dólares en reservas de divisas del país centroamericano hasta el mes pasado, según la agencia de calificación crediticia DBRS Morningstar.
El país tiene 7 mil 650 millones de dólares en deuda negociable pendiente, según datos de Refinitiv. En enero vence un pago de 800 millones de dólares, sobre un bono que cotiza a 73.5 centavos de dólar y rinde un 67.6%.
“Los tenedores de bonos no saben cómo se harán los pagos de los bonos”, dijo el martes en una nota Siobhan Morden, jefa de estrategia de renta fija para América Latina de Amherst Pierpont Securities.
“Los datos fiscales mensuales aún no muestran un cambio de tendencia evidente, con un ritmo de gasto menor que el crecimiento de los ingresos, pero aún no lo suficiente como para reducir notablemente el déficit fiscal estructural”.