Es de todos sabido, que el candidato a la presidencia de EUA Donald Trump, ganó las elecciones en ese país, a pesar de todas las tendencias que aseguraban que perdería ante su rival Hillary Clinton, sucedió lo impredecible. Ahora bien, podríamos decir que este asunto no compete directamente a los mexicanos, pero nuestra economía depende en muchos aspectos de las acciones de nuestro vecino del norte, muy a nuestro pesar.
Durante su campaña, Trump, planteó entre otras cosas, que como presidente de EUA desconocerá el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) imponiendo aranceles a los productos hechos en México. Nada más para darnos una idea de lo que podría ocurrir si llega a cumplir su promesa, en el primer trimestre de 2016 el 81.7% del total de las exportaciones hechas por empresas que operan en México que tuvieron como destino a la nación vecina, alcanzaron un monto de 69.547 mmdd. En el 2015, las exportaciones que México hizo a Estados Unidos representaron el 27.0% del PIB de nuestro país.
Si Trump decide aumentar los aranceles en 20 puntos porcentuales, caería el volumen de comercio exterior, se derrumbaría el PIB del país, y el tipo de cambio se iría sin problemas hasta niveles de 25 pesos por dólar o más; la inflación aumentaría seguramente a niveles por encima del 10% y las tasas de interés se elevarían a la par, frenando cualquier posible crecimiento del mercado interno. En resumen: sería una crisis peor a la que vivimos en el año 1995.
Muchas voces dicen que evitemos el efecto “Trump” en nuestro país, consumiendo lo menos posible productos y servicios de esas grandes corporaciones americanas dentro o fuera del país. Con esto fortaleceremos nuestra moneda y disminuiremos la dependencia del consumidor nacional de los productos importados, y los que deberíamos exportar, se quedarían para el mercado nacional, fomentando el fortalecimiento de la economía mexicana.
Alemania, esa poderosa nación europea, debe parte de su éxito al estricto control y consumo de lo nacional, y al alto volumen de exportaciones. “Lo alemán,¡está bien hecho!”, “El producto alemán, es primero”. La mega cadena de supermercados Walmart, no pudo establecerse en esa nación por lo mismo. Debemos tomar ese ejemplo y seguirlo.
Muchos recomiendan consumir productos con código de barras con inicio 750, que indica que son de origen mexicano, que también está bien hecho con calidad de exportación; que “hagamos el súper” en los tianguis, que compremos en la tienda de la esquina, con el carnicero local, la verdulería local, y un sinfín de recomendaciones para apoyar el PIB nacional y el fortalecimiento de nuestra economía y moneda.
También se debe aprovechar esta tendencia en el sector financiero, para promover el desuso en medida de lo posible de los bancos, que también en su mayoría son extranjeros.
¿Porque no promover el uso de los servicios de las entidades Populares Financieras y Microfinancieras?
Salvo algunas excepciones, la mayoría son de capital nacional, las ganancias se quedarían en territorio nacional. Adicionalmente, sabemos que el acceso a estos servicios es mucho menos complicado y selectivo que el proporcionado por los bancos. Las tasas y productos que manejan, son similares e incluso en muchos de los casos bastante mejores y atractivos.
¡Hagamos patria!
Hay que convencer a los usuarios de servicios de crédito y ahorro, a quedarse con entidades nacionales, que todo se quede en casa… ¿tú que opinas?
Datos tomados de:
Fotografía por: Gage Skidmore. Tomada de Flicker: https://www.flickr.com/photos/gageskidmore